Conocer a la persona es lo más importante: sus gustos e ideas. El tipo de celebración, el lugar, si es tarde o mañana. La novia siempre tiene una idea preconcebida de la imagen que quiere proyectar ese día.
Pero, hay que encontrar el equilibrio. La naturalidad, la coherencia, la elegancia son el fin. Nunca disfrazarse. Después se le da forma en la "tual" creando sobre la persona. Es un proceso precioso, en el que de repente sentís que el vestido es vuestro. Nunca se repite un traje, es imposible.